- Me cuesta escribir, me cuesta poner en palabras el dolor en el alma que siento. Me cuesta creer los fundamentos retrógrados de este mundo que escuché en el día de ayer en el Senado sobre el aborto, defendiendo el patriarcado de manera impune y egoísta. Me cuesta asumir que hay gente con una tal falta de empatía e hipocresía frente a los ojos del otro. Me cuesta escuchar barbaridades que se me hacen imposibles reproducir sin agredir. Me da impotencia (y vergüenza) que nos representen como pueblo seres que no saben lo que significa un estado laico, gente que no sabe separar creencia de política.
Se me estruja el alma en pensar que nos han enseñado que la mujer sólo sirve para procrear. Que no tiene otra función que esa, que tenemos la OBLIGACIÓN de ser madre. QUE NO TENEMOS NINGÚN PODER DE DECISIÓN. Y si decidimos, nos morimos. Así, sin vuelta. Se me caen la lágrimas al escuchar fundamentos de sumisas, y me lleno de ira con los hombres que se creen que la mujer son de su propiedad.
El verde es LUCHA, lucha contra el patriarcado, lucha contra la desigualdad. Es una ola verde que cada vez toma más y más fuerza, y vamos a derribar todas las barreras, todo el sistema construído sobre palabras de una institución que se metió donde no le correspondía. Esta lucha es por la LIBERTAD. Por nuestra libertad. Porque nos unimos, NOS DECONSTRUÍMOS. Juntas somos fuerza y poder. Juntas vamos a derribar este sistema de hipocresía.
Lo que sucedió ayer sólo fue una piedra en el camino que nos hizo gritar todavía más fuerte al escuchar los fundamentos retrógrados y vergonzosos que nos hacen retroceder como sociedad. Festejan que todo siga igual, festejan la clandestinidad, les pusimos la realidad frente a sus ojos y lo único que hacen es taparse la cara porque no quieren aceptar que no sirve la salida del castigo y sanción, no quieren aceptar que el aborto existió, existe y existirá. Porque existe la decisión de la mujer.
Nos juntamos, ya tenemos voz, ya somos demasiadas y se van a seguir uniendo. Se les están cayendo las justificaciones para someternos. Ya no creemos más nada. NO AGUANTAMOS MÁS.
Con dolor, con enojo, convencida y orgullosa de que no se va a volver a atrás, asumo la responsabilidad que me toca como mujer, nueva generación, que voy a luchar por el derecho a la vida que es el derecho de libertad, por las que ya no están, por las que decidieron y las castigaron, por las que vendrán. Por el mundo, por Argentina y por toda América Latina. Por todas las mujeres del mundo. Porque no hay fronteras.
Con el pecho en alto, estamos unidas. No van a poder más contra nosotras.
Desde Argentina, con dolor pero de pie. Seguimos en lucha.
Elisa Bocalandro